Ciudad global, ciudad estado

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Maravilla al viajero ocasional los números asociados a Sao Paulo que encuentra en la preparación de su viaje de negocios.

Todo parece ser excesivo en el Grande Sao Paulo. Con 20 millones de habitantes rivaliza por ser la mayor concentración de seres humanos en el planeta. Toda la población de su antigua metrópoli, Portugal, cabría en ella y aún habría espacio para los finlandeses y sus vecinos noruegos si quisieran venir. Su mancha urbana tiene una extensión algo mayor que la Comunidad de Madrid. Este "algo mayor" sería añadir otra vez la ciudad capital. Sólo en Nueva York y Hong Kong hay más rascacielos. Sólo en Nueva York hay más helicópteros. En ningún lugar del mundo se consumen tantas pizzas.

El ser de Sao Paulo es resultado de la constancia y deliberado esfuerzo. Quiso ser lo que es hoy desde el principio. Dicen los cronistas de la ciudad, aunque no lo aseguren por cierto, que a finales del siglo XIX la ciudad llevó a cabo tal cambio planificado que supuso en la práctica su demolición y reconstrucción completa. Como deliberado fue favorecer la inmigración en masa de japoneses para sustituir la obra de mano esclava negra recién liberada. "Bonita metáfora del capitalismo", puede pensar el lector, aunque viendo la influencia y número de esta etnia más parece viñeta del sueño (sur)americano.

El viajero empieza a comprobar la realidad de los números cuando llega al aeropuerto nacional, enclavado en el centro de la ciudad. Almenas con formas de rascacielos guardan su llegada y forman una red de espinas en la que parece no haber sitio para poner pié o avión alguno. La ciudad repite esta arquitectura en vallas, verjas y alambradas que protegen viviendas y negocios. Los paulistanos, amables y laboriosos, no parecen confiar mucho en sus conciudadanos menos favorecidos. También a ellos parece quedarles grande su ciudad y muchos te confiesan no conocer sino parte de ella.

El paisaje, a excepción de un hermoso parque central, es urbano, moderno y funcional. En su cuadrícula se adivina de nuevo la planificación. En sus "business condos", la determinación por un negocio eficaz. Estos son centros donde trabajan miles de personas que buscan la seguridad y autosuficiencia ofreciendo a sus habitantes temporales restaurantes, comercios y ocio en un mismo conjunto. Y si bien el viajero los conocía por las grandes corporaciones de su país, no deja de asombrarse que aquí sea solución habitual.

Fuera de horario laboral, el turista accidental no podrá relajarse en un centro histórico pues lo forman unos pocos edificios inconexos. Aún en las mayores avenidas y zonas comerciales encontrará difícil la ocasión de caminar. Sao Paulo es una ciudad de edificios. Se va de uno a otro por lo que ha de utilizarse el coche y contribuir así al permanente atasco.

Dicen que Sao Paulo es una de las veinte ciudades más influyentes del mundo. Su riqueza se puede medir como un porcentaje de todo el continente sudamericano. Sería una ciudad estado viable en sí misma y quizás lo fuera, al estilo de Singapore, si no estuviera enclavada en el imperio de Brasil.

Tiene las almenas listas y determinación no le falta.