lunes, 12 de mayo de 2008

Desde el mar y desde el cielo

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Es anhelo secreto del viajero ocasional que visita por primera vez Brasil por negocios el desear que, por oportuna conjunción de fechas laborables, pueda pasar un tiempo libre en Río de Janeiro.

Esperanza, como todas, vana por innecesaria e ilusoria por falsa. Pues pronto aprende nuestro viajero es que en Río vida y negocios son cosa una y las empresas, si bien de cierto postín, y las familias, de cualquier condición, vienen a compartir el espacio común de una ciudad abierta al mar y al cielo.

En islas, muchas por necesidad. Más en continente muy pocas ciudades han crecido abiertas al mar: Yo sólo tengo en memoria a Estambul y a esa pequeña ciudad mediterránea que cada uno llevamos en nuestros mitos personales. Río es una de ellas. La magníficas bahías y ensenadas que engarzan su perfil crean una sonora melodía de encanto: Flamingo, Botafogo, Copacabana, Ipanema, Barra. Al fondo, montañas de verde que confunden calima, bruma y nubes. Y este viajero piensa que Río es una ciudad para empezar a conocer por mar, a vela, en silencio, con los nuestros a bordo.

Río de Janeiro tiene además la calidad de ser la ciudad más bonita del mundo vista desde el cielo. Cierto que la línea del cielo de Nueva York es hermosa y la isla de Manhattan impresionante por sus luces y arquitectura. Bien sea por viaje real o bien por viaje virtual de película de Hollywood, en Nueva York se cumple que el objeto y el medio son obras humanas. Esto no sucede en Río pues ambos son obra de la naturaleza. Si su línea del mar no fuera suficiente, la completa con lagunas interiores e islas. El Pico de Azúcar y el Jorobado son los medios en los que la ciudad se mira. No necesita de artificios.

Y cuando el viajero encuentra que su hotel enfrenta estas geografías, a fuerza lejanas, no dejará de notar que la nota humana le es mucho más vecina Disfrutará de las exóticas caipiriñas y agua de coco a la orilla de la playa donde cientos (¿miles?) de niños y adolescentes buscan el sueño de un Ronaldo / Ronaldinho / Ronaldazo jugando al futbol. Pero las garotas de Ipamema se le escaparán entre matronas brasileñas y su prole que, en feliz establecimiento, dominan las playas. Cierto es que sus rotundas presencias apenas se esconden pero no dejan de tener un aire familiar y cercano. ¿Cómo representar paraísos perdidos cuando te ofrecen churros en la playa?

Río, mejor desde el mar o el cielo de nuestras ilusiones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho esta perlita :D
¡¡un hurra por papá!!

comodoro dijo...

"Debes ser quien eres- dijo la duquesa a Alicia- o, si quieres que lo exprese de forma mas sencilla, nunca trates de ser lo que tal vez hubieras debido ser, o lo que pudieras haber sido, sino aquello que deberias haber sido."

LEWIS CARROL. Alicia en el país de las maravillas.

Cita de una Cita

lolavi dijo...

lola dice...
Muy elegante, muy de Perez Reverte:B
¡muy bien, Juan Luis¡

Anónimo dijo...

Juan Luis,

No te lo vas a creer pero Marta y yo volvimos el sábado de Rio de Janeiro.

Me encanta la perla, tengo prueba que confirma tu párrafo "Río de Janeiro tiene además la calidad de ser la ciudad más bonita del mundo vista desde el cielo".

Un abrazo.

Jaime